La adopción comienza con amor. Amor por los niños, celebrando su felicidad y animándolos por su futuro brillante. Hoy, hay millones de niños que aún esperan ese amor, pero los miedos y las dudas de los padres se interponen en su camino. Nuestra misión es ayudar a vencer todos estos prejuicios e incertidumbres.
Riley y Kashia siempre habían querido adoptar desde incluso antes de conocerse. Las madres de ambos son adoptadas, uno de los hermanos de Kashia es adoptado. Este tema siempre ha sido algo natural en sus familias. Riley y Kashia dicen "llevamos la adopción en la sangre".
Después de un par de años intentando quedar embarazados por su cuenta, Riley y Kashia supieron que la adopción ocurriría antes de lo que habían pensado. Siempre recordarán la emoción que sintieron cuando vieron juntos a Lemmon, Honey y Magnolia. Era como si ya las conocieran. Estas niñas eran la pieza que le faltaba a la familia Palmer.
Cada adopción fue diferente. La de Lemmon tomó 2 meses, la de Honey, 11 meses y la de Magnolia, 4 semanas. La hermana menor llegó a la familia durante el periodo de cuarentena. Sus hermanas no pudieron ir al hospital, por lo que el esperado reencuentro tuvo lugar en casa. Era como si el mundo entero hubiese desaparecido y nada de lo que ocurriera fuera de la casa de los Palmer pudiera afectar a esta feliz familia.
Además de la alegría y del gran amor que sentían, Riley y Kashia estaban preocupados por muchas cosas. Ellos siempre habían querido una adopción abierta o semiabierta, para que sus hijos tuvieran una conexión con sus familias biológicas. Esto escapaba de su control, pero al final todo salió bien. Estas pequeñas niñas tienen el doble de seres queridos.
Consejo de la Familia Palmer:
“¡Sed pacientes durante el proceso! La adopción toma tiempo por una razón, tiene que fluir todo junto: la madre biológica con las familias adoptivas, la forma de encontrar a tu bebé. Todo tiene que coincidir, ¡así que sed pacientes y entended que todo pasará justo cuando deba pasar!”